lunes, 1 de diciembre de 2014

Ciencia, ¿Ángel o diablo?

El uso que le damos a la ciencia


En la Prehistoria el hombre vivía en plena naturaleza, refugiándose en cuevas, cazando animales y recolectando frutos para alimentarse. Hoy en día se puede decir que vivimos con las necesidades básicas cubiertas ( Desgraciadamente solo las personas que vivimos en el primer mundo)

, y todo esto empezó con el descubrimiento del fuego, hace 790.000 años.
El hombre de hoy usa en su día a día numerosas contribuciones tecnológicas: el ascensor, el metro, el automóvil, el reloj, el teléfono, etc. La tecnología invade toda la actividad industrial y participa profundamente en cualquier tipo de actividad humana. Hemos construido ciudades espléndidas, inventado ordenadores y móviles con los que podemos comunicarnos al instante a miles de kilómetros de distancia. En este sentido, la ciencia es lo mejor que nos ha pasado.

La pregunta que podríamos plantearnos ahora es si la ciencia es buena o mala? Pero, ¿podemos plantear esta pregunta?... La ciencia, la tecnología son buenas siempre, lo que puede ser malo es el uso indebido que hagamos de ellas. La ética y los buenos hábitos son los que nos debieran guiar.

Las ventajas de la ciencia son que hemos conseguido desarrollar vehículos y formas de comunicación cada vez mejores, industrias que producen la cantidades enormes de cosas, explorar y descubrir nuevos territorios, curar a personas con enfermedades cada vez más raras y complicadas, y muchas cosas más, pero también hemos construido armas nucleares que pueden destruir la Tierra varias veces, contaminamos la atmósfera, el agua y la tierra y explotamos los recursos demasiado rápido.

Cuando hablamos de ciencia, hablamos de las dos caras de una misma moneda. Lo bueno y lo malo van de la mano siempre inevitablemente. Ángel y diablo unidos en el ser humano, no en la ciencia, nos ha llevado a ser al mismo tiempo salvadores y destructores de "Tierra" y de nosotros mismos.


Seamos pues conscientes y hagamos un buen uso de las ventajas que nos proporciona la evolución en sí misma.