domingo, 12 de octubre de 2014

Disciplina y Autoridad

¡Qué bien que existan unas normas de disciplina, que nos sirvan a todos los alumnos para comportarnos y actuar de una forma correcta en la convivencia del centro educativo!
¡Qué pena que la autoridad educativa no actúe ante los actos de indisciplina con rotundidad!

Habiendo profesores que se hacen amigos de aquellos que más necesitan una conducta estricta y una corrección de su mal comportamiento. A su vez, estos mismos profesores, perjudican a los alumnos que actúan de manera correcta, ya que refuerzan con su pasividad las malas actuaciones e ignoran el buen comportamiento de otros.

Creo que hay ocasiones en las que un profesor se ve abrumado por tal cantidad de alumnos con este comportamiento, pero es justo en este momento en el que la autoridad ha de marcar quién manda y controlar la situación en lugar de poner oídos sordos y ojos ciegos en situaciones que requieren de su actuación.
He observado a lo largo de todos los años en los que he estado en el centro, que casi todos los profesores tienden a no castigar a nadie, de forma que los que deben escarmentar por sus actos se van de rositas, o que toda la clase se queda castigada. ¡También los que no han hecho nada malo!

Por ello, todos aquellos alumnos y profesores que lean este mensaje deberían recapacitar sobre su comportamiento y corregirlo para que la convivencia en el centro sea la mejor y se respeten las libertades y derechos de todos, así como que cada uno se haga cargo de sus responsabilidades y reflexione.

¡Qué mal que se repitan tantos actos de indisciplina!

¡Qué mal que la autoridad no actúe por corregirlos!